Una merienda de locos
Internet Desde hace tres años funciona en la web Té de Artistas, un proyecto que busca ofrecer una alternativa a los circuitos de galerías y curadores, brindando un espacio democrático y totalmente gratis para la visualización y venta de obra de artistas argentinos. Famosos y desconocidos, premiados y principiantes se juntan en un espacio que excluye los currículum y que ya tiene más de 1500 artistas y obras en su base de datos.
A pesar de la fama que cobró su personaje, el sombrerero que le sirve el té a Alicia (en el país de las maravillas) y festeja con ella el no cumpleaños de la liebre de marzo y el lirón, no se llamaba El sombrero loco. Fue el gato de Cheshire, ese ser siniestramente sonriente y peludo, quien le advirtió a la pequeña rubia: “Cuidado, el sombrero está loco”. Qué ternura. Como si la oruga-fumadora-de-opio, la reina-corta-cabezas o la mismísima Alicia no lo estuvieran. Pero puede ser que haya en el sombrero algo especial, que haga de su locura algo más detectable: nos presenta la locura como la sin razón. Y se maneja con una lógica proporcionalmente inversa a la oficial.
Ese fue el objetivo del artista argentino Tomás Rawski al detectar una falta en la presentación y reunión de artistas: romper el ritmo vertical que marcan los circuitos oficiales y crear un espacio democrático para la visualización y venta de obra de artistas.
El gesto es liberador: presentar a miles de artistas argentinos a través de su obra. Imágenes y nombres propios compartiendo el mismo espacio sin otro orden que el del azaroso e histórico alfabeto. Artistas reconocidos, artistas ignotos, artistas ganadores de muchos premios y artistas que no han ganado ninguno, artistas jovencísimos y artistas con larga trayectoria. Nada de eso en este proyecto resulta importante. Salvo que todos comparten una misma dirección: crean. Fotos, esculturas, pinturas, dibujos. El formato tampoco es un obstáculo, siempre y cuando pueda traducirse en una foto.
El espacio digital apuesta a reestablecer una lógica del sentido que esté lejos de la filosofía del conejo, con su reloj y su apuro, en una carrera oficial marcada por el miedo a que la reina, tótem de las arbitrariedades, le corte la cabeza.
Por el contrario, en este entramado de imágenes conformado por los propios artistas se arriesga a que una pintura, una foto y una escultura sean antes que todo parte de una obra y no una marca. Si ya no se discute el axioma de que eludir el mercado es imposible –y a esta altura poco deseable por las consecuencias que en la vida diaria implica– Té de Artistas nos recuerda que es posible eludir los espacios designados por el binomio monárquico de galerías y curadores oficiales, abriendo posibilidades a todos por igual, dando amparo a la singularidad, el trabajo y el universo de cada artista.
“Hace tres años empecé con un proyecto de hacer webs y dar hosting a artistas a cambio de obra”, explica el organizador de esta gran mesa servida a la hora del té, Tomás Rawski. “El proyecto lo comentaba y fue creciendo hasta que era mucha gente la que quería que le haga una web a cambio de obra. Entonces decidí hacer tedeartistas.com.ar, que básicamente es un lugar donde los artistas pueden subir su obra, poner su mail para contacto y un link a una web personal. Pero siempre intentando que exista el menor texto posible. De hecho si entrás a la home sólo ves imágenes y si alguna te interesa clickeas y podés ir a ver al artista por completo. Hasta el momento el único catálogo bastante completo de artistas era el de Bola de Nieve, pero no me interesaba su principio de amistades, donde sólo eras invitado a participar si alguien te invitaba y después el que participaba nombraba a un artista conocido para aparecer más seguido. Desde el vamos mi concepto sobre Internet es otro, romper con las estructuras de poder y poner a todos los artistas al mismo nivel, eliminar textos de premios o becas y ver qué pasaba. Está de más decir que los artistas pueden registrarse gratis en el sitio de manera muy sencilla. Hoy en día hay en la base de datos más de 1500 artistas y más de 15000 obras. En marzo tengo pensado lanzar una plataforma de venta de obras de valor hasta 10.000 pesos (sin cobrar comisión a nadie). Registrarse y vender obra será gratis.”
Si la eternidad puede durar un instante, otra gran enseñanza del sonriente gato que se divierte jugando a las escondidas, bienvenido un espacio donde podemos ver, compartir y encontrar obra de miles de artistas argentinos, metamorfoseándose a su vez en un catálogo abierto e inclusivo. Pica para mí, pica para todos.