Las fronteras de lo obvio
Tomas nos plantea una serie de proyectos que desafían la concepción mas básica de lo que creemos dicen nuestros sentidos.
A través del acceso a la información que hoy representa nuestra memoria colectiva, Internet, la red de redes, Tomas explota este recurso como un espejo para traducir en síntesis visuales conceptos que aparentemente son básicos, y revelándonos que las cosas no son como pensábamos que eran.
Tomas utiliza este recurso como su paleta, y construyendo mecanismos y procedimientos precisos nos muestra una mirada cuestionadora de los cinco elementos, los colores de una villa, un country, el color del cielo, o cualquier concepto que el decida desasnar.
Su mirada y la estética generada parecería la de un científico que busca un espectrograma preciso de la sustancia que investiga, pero su mirada clara y lúcida revela cierto transhumanismo y optimismo tecnometafísico que la supera.
Todas las filosofías no-duales han afirmado siempre que el universo es una manifestación viviente y creativa de la consciencia cósmica. El alma del mundo (anima mundi), diría Plotino, está presente y es presencia en cada cosa que existe, y Tomas a través de su arte es un explorador de estas fronteras.
Mostrar el costado oculto de nuestra realidad ha sido y siempre será uno de los desafíos centrales del arte. En este caso Tomas, de la misma forma que con el resto de su obra, nos propone con sus proyectos una propuesta innovadora a lo que ya creíamos era innovador.